Barrio Gotico
El Barrio Gótico de Barcelona es el núcleo más antiguo y el centro histórico de la ciudad, coincidiendo en gran parte con la antigua ciudad romana de Barcino. En tiempos pasados, se conocía como el “barrio de la Catedral”. Los ejes de urbanización históricos del barrio, el cardo y el decumanus romanos, se encuentran en su parte más alta, en el antiguo Monte Táber, donde ahora se ubica la plaza de San Jaime.
El Barrio Gótico está compuesto por varias zonas con identidades propias: la Judería (Call en catalán), Santos Justo y Pastor, Santa María del Pino, la Catedral, Santa Ana, La Merced y el Palacio. Cada una de estas áreas mantiene su singularidad dentro del entramado histórico.
La denominación “Barrio Gótico” surgió como un eslogan turístico ideado por Adolfo Florensa, concejal del Ayuntamiento de Barcelona, aunque la idea original de crear este concepto fue del escritor Ramón Rucabado. En 1927, Florensa catalogó un total de cinco obras en Barcelona que podían definirse como góticas. Sin embargo, Joan Rubió, autor del puente flamígero de la calle del Obispo (1928), afirmó que “el Barrio Gótico no se ha de respetar ni mucho ni poco, porque no existe”, indicando que gran parte de lo que se considera gótico fue una recreación posterior para atraer al turismo.